Ser constante es una de las características que forjan el trabajo y carácter
de cualquier persona y el diseñador o creador visual no tiene por qué apartarse
de esa lógica en un mundo donde contar
con dicha peculiaridad se convierte en un
valor completamente obligatorio para prevalecer en las adversidades, es un gran vehículo para no desfallecer ante
los desencantos de la profesión y también para casi todo en la vida, como por
ejemplo; para seguir formándose,
alcanzar una meta deportiva y por qué no
comprender nuestros retos diarios.
Es difícil no desesperarse cuando
no se encuentran los resultados en el
tiempo que se calculó, pero el terreno abonado contribuirá a estar más cerca del objetivo planteado. Si se
es constante, la labor ejecutada no
desaparecerá del mapa. Así que… constancia!!!
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